ACCIDENTS
POLIPOETICS: POLIPOESÍA URBANA DE PUEBLO
VOLUMEN RECOMENDADO:
El suficiente para que quede manifiesta la contundencia intrínseca
de las consignas expresados en este disco (por ejemplo, TODAS LAS
SILLAS HUELEN A CULO COMO TODOS LOS CULOS HUELEN A MIERDA)
MOMENTO PROPICIO: A los seis años, en el primer
día de colegio.
En la vertiginosa rueda de las telecomunicaciones el tiempo se
ensancha, y nos parece que todo lo que vemos ha estado aquí
siempre; a esa corriente de pensamiento pertenece la tan
generalizada creencia de que cuando dios creó el Universo también
creó a los Pokémon. Sin embargo, algunos ancianillos internados
en asilos y residencias reales o metafóricas creen recordar un
tiempo remoto en el que no existían ni los Pokémon ni Windows
98 ni "Gran Hermano"; entonces se aseguraba que cuando
Dios creó el Universo también creó al Rey León (de Disney).
Eran tiempos, cuentan, de perros que buscaban la sombra para
protegerse de la canícula, de blancos patios encalados y de máquinas
de escribir: algunos sostienen incluso que en aquellos oscuros años
la mayoría de los coches carecían de algo tan elemental como el
aire acondicionado. (Si quieres saber más sobre este tema VE a
la página 29; allí se eleva majestuosa nuestra nueva sección
LA PREHISTORIA EXPLICADA A LOS ESPERMATOZOIDES, en la que un
historiador titulado, no sabemos todavía quién ni por qué
universidad, escribe sobre lo absurdo de nuestros orígenes con
un estilo ameno pero iconoclasta. En este número, el primer capítulo,
"El Paleozoico Superior (Febrero-marzo 1992)", y de
regalo el segundo capítulo y una ballena azul con el logotipo de
EL ENGENDRO. ¡Date prisa, que se extinguen!). Sea como fuere, el
hecho es que muchos historiadores niegan la veracidad de tales
especulaciones y las califican sin más de fantasías propias de
individuos carcomidos por el Alzheimer que sólo buscan
impresionar a sus nietos. EL ENGENDRO, sin embargo, aun a riesgo
de ser acusado de dar crédito a la seudociencia, defiende que
algo hay de cierto en ello. Tenemos pruebas fehacientes; sabemos
sin lugar a dudas que allá por 1995 unos sujetos que se hacían
llamar Accidents Polipoetics grabaron un álbum (se ve que por
aquel entonces ya existían aparatos capaces de registrar
sonidos) que incluso intentaron publicar; contra todo pronóstico,
lo consiguieron, pero "Polipoesía urbana de pueblo",
que así se llamaba el artefacto, no fue lo que se dice un gran
éxito de ventas: 3 ejemplares lleva vendidos hasta hoy en la
cadena de tiendas donde el que esto escribe lo encargó. A pesar
de ello, EL ENGENDRO ha osado incluso ESCUCHAR el disco en cuestión,
y no sólo eso, sino que además se ha atrevido a PUBLICAR UNA
RESEÑA, incluso sabiendo que sobre nosotros pende la amenaza de
ser definitivamente separados de nuestras familias y conducidos a
campos de vacaciones.
¿ Y por qué coño EL ENGENDRO publica una reseña de un disco
que salió en 1995, ha vendido 3 ejemplares y encima ni siquiera
tiene música aparte de alguna batería desorientada y algún
teclado disperso? Pues la respuesta es obvia: PORQUE ES UN GRAN
DISCO. Y mejor dedicarle espacio a un gran disco, tenga o no música,
que no a alguno de los miles de productos del año 2000
facturados, o eso dicen, por individuos de aspecto milimetrado e
imaginación cual la de un protozoo que se regodean copiando la
última tendencia neoyorquina o la última horterada folclórica,
depende de la época. Puede que algún escéptico no se conforme
con esta respuesta y pregunte: ¿ Y POR QUÉ COÑO "POLIPOESÍA
URBANA DE PUEBLO" ES UN GRAN DISCO? Razonable pregunta; ahí
es donde nosotros queríamos llegar. Primeramente hay que aclarar
que estos dos jóvenes bautizados Xavier Theros y Rafael
Metlikovec se dedican a algo llamado polipoesía, que no es una
nueva técnica para aliviar el estrés posvacacional sino nada
menos que una nueva forma de comunicación cultural consistente
en enriquecer el recitado de poemas usando música y juegos
vocales. Así de sencillo. Y sucede que Accidents Polipoetics son
unos maestros en el arte que les da nombre; sus respectivos
chorros de voz quizá no sirvan para cantar soul, pero sí para
imprimir un carácter de rotundidad definitiva a los principios y
banderas que enarbolan, algunos tan lúcidos e indiscutibles como
"YO SOY UN GUIRI NEGRO, JUDÍO Y MONDONGO" (entiéndase
metafóricamente) y otros tan opinables como "LA ARITMÉTICA:
UNA CIENCIA CON FUTURO. PUNTO Y FINAL". Los dos recitadores
se coordinan de manera impecable, cada uno llenando los
resquicios auditivos que el otro deja libres, así hasta que el
oyente se entrega por completo a la locura concienciada que
Accidents Polipoetics propagan. Porque de locura está impregnado
este disco desde el principio (sucesivas tomas de un viejo con
voz de viejo pronunciando con dificultad la frase "SEÑORAH
Y SENOREH, DAMAH Y CABALLEROH, LEIDI AN A YENTILMANS, CON TODOS
USTEDE, ASIDENTS POLIPOETIC", a modo de presentación del álbum)
hasta el final (balbuceos incoherentes varios). Ya desde la
proclamación de que "todas las sillas huelen a culo como
todos los culos huelen a mierda", frase que uno no puede
dejar de imaginarse coreada por 25.000 personas manifestándose
en plena calle el día de la constitución, Accidents Polipoetics
zambullen sus dos cuerpos de padre de familia en una especie de
delirio disciplinado, entregados al absurdo como un profesor de
instituto se entregaba antiguamente a sus clases. Y llegan así a
cimas del humor confuso como la descojonante historia del
caudillo paraguayo José Eduardo O´Higgins, cuyo padre "era
conocido en su profesión como "el Topo", por las
siestas que se echaba en la mina, cuando, amparado en la
oscuridad de las galerías, apagaba la luz de carburo, se tiznaba
de carbón y fingía ser una piedra. Murió cuando un minero le
confundió con una veta de lignito y le convirtió en veintisiete
sacos de carbón para barbacoa". Sin embargo, "Polipoesía
urbana de pueblo" no es sinsentido de principio a fin. Hay
poemas asentados con firmeza en la realidad, poemas de lucidez
sencilla y estremecedora como "Esto era un poema de
amor"("American Beauty" sin belleza y condensada
en dos minutos), "El meu amic el Marcelino", "Van
a por nosotros" o el determinante "Todo lo que ves es
un conejo". Hay categóricas declaraciones de pesimismo
existencial, como "Algún día". Hay poemas que marcan
un antes y un después en la historia del recitado, como
"Newton y la pera". Y queda también sitio para un
cierto deje rural manifiesto en la presentación visual del disco
y en poemas como "La gente de provincias" o
"Manolo el traterrestre", y que queda patente asimismo
en el vehemente manifiesto anti-Internet que firma Xavier Theros
, que por cierto sólo se puede leer en Internet. Cuando uno
termina de escuchar "Polipoesía urbana de pueblo",
constata sorprendido que ha pasado apenas media hora desde que
introdujo el disco en el aparato, y que en ese corto espacio de
tiempo dos sujetos, sólo ellos dos y sus palabras, han descrito
la realidad, se la han inventado, la han retorcido y le han
sacado risa y sangre, han moldeado la lógica como plastilina y
han extraído de ella un universo personal que los ha convertido
en únicos e irrepetibles. Eso quiere decir que no se librarán
del destino que este puto país reserva a los grupos únicos e
irrepetibles: el olvido, un olvido férreo y totalitario,
humillante y despectivo, impositivo, mezquino y malintencionado.
De hecho, Accidents Polipoetics todavía no han sacado un nuevo
disco que suceda a este "Polipoesía urbana de pueblo",
y parece poco probable que esto sea debido a falta de creatividad
En
fin, lectores de EL ENGENDRO: ya que habéis tenido la suerte de
saber de la existencia de esta obra antes de que la
descataloguen, haced el favor de ser un poco abiertos de mente,
joder, y por lo menos escucharla, porque sólo entonces podréis
opinar sobre si reseñar un disco de 1995 que no tiene música es
o no cosa de enajenados. Estamos abiertos al debate.
MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO MONDONGO |