Horrores varios de la estupidez actual, por 713avo Amor

LA BELLEZA DE LO DIFICIL

1.Ahora hablaremos de algunos horrores

El disco de nuestro tiempo no se vende. "Horrores varios de la estupidez actual", la obra de arte que condensa todo lo que somos en el año 2000,languidece en la lluvia como un periódico del día anterior, su lugar en nuestras conciencias ocupado por gente que supo decir lo que alguien quería escuchar ,cronistas de un minuto ficticio en cuyos brazos se arrojan los suicidas que no quieren oír hablar más de su propia brutalidad cotidiana. Bertín Osborne y Tom Jones riman con los colores pastel de los expositores y poseen el raro talento de mantener la jeta fruncida e inoxidable durante varias décadas, la vida entera haciendo "la misma mueca al mismo chiste"; llegarán lejos, los chavales. Bob Dylan y Andrés Calamaro pueden apabullarnos con miles de palabras que nos hagan creer que la vida es un motel, aparentar que aún queda sensibilidad y estética y que ellos no conocen la autocensura; llegarán lejos, los chavales. Ellos son fáciles, en el fondo limpios, si apestan a jeringuilla y a coágulo es en secreto; están al alcance de tu mano ,lucen para que los veas. Pero tú, lector de EL ENGENDRO, sabes que el año 2000 no se ve bien si se mira con esas gafas; el año 2000 se esconde detrás de todos los que llegarán lejos, y hacen falta más de tres cuartos de hora para desenmascararlo. Encontrar a 713avo Amor también requiere más de cinco minutos; absorber "Horrores varios de la estupidez actual " puede llevar toda una vida. "Pasen y vean, el horror está servido". Comprueba antes si eres capaz de resistir el vértigo que da el abismo; en caso afirmativo, podrás entrar a vivir una de las experiencias artísticas más impactantes y sobrecogedoras que nunca hayan sido concebidas. He aquí el disco del momento, desnudo, semiclandestino, hediendo a colada de patio de vecinos y a jirones de pelo recién arrancados, hediendo a prisión, a grito, a pared descascarillada, rutinariamente censurado, descolgado de las posibilidades de elección, condenado a figurar como un número en un catálogo de difícil lectura, forzado al exilio como la amenaza para la paz pública que es ,porque "Horrores varios de la estupidez actual" puede dejar a los árboles sin hojas en mayo, puede pintar las discotecas de color sepia, puede hacer aflorar todo el "odio sin sangre camuflado en esta lluvia de verano". Y además de sus cualidades de espejo, desmiente que la música sea una ciencia exacta.. Por eso "Horrores varios de la estupidez actual" seguirá siendo el disco del momento, por lo menos hasta que descubramos que el arte de la puñalada trapera es sólo puñalada trapera, nunca arte. Setenta y tres minutos de creación poética insurrecta e implacable,abrasiva,arrebatadora,cruda,imperfecta,ofensiva,real,cercana,ineludible;la mentira del paraíso tecnomaniaco vista desde el campo de concentración. ¿Te animas a explorar tus propios residuos?

2.Están asesinando tus sueños.

Como toda obra creativa agónica y subterránea, "Horrores varios de la estupidez actual" incluye un repertorio de frases lapidarias como para llenar las tumbas de todos los burócratas que en el mundo han sido, aunque a éstos quizá no les haga mucha gracia la idea. Una de las más aterradoras llega en el corte 13,cuando el cantante y letrista Carlos Desastre se deja la garganta en el grito "Están asesinando tus sueños" pronunciado con un dramatismo y una intensidad poco habituales por estos barrios, aunque llegados a ese punto ya sabremos de sobra que 713avo Amor ES OTRA COSA. El apasionamiento de Carlos Desastre pone las cosas en su sitio, las palabras en su justo contexto; personalmente, y creo que aquellos de vosotros que no aspiréis a invertir en bolsa estaréis de acuerdo conmigo, considero que una frase como ESTÁN ASESINANDO TUS SUEÑOS no puede ser declamada si no es con la desesperación de quien va al patíbulo. Pero no acaba ahí esta lección magistral de 713avo Amor sobre el estado de las cosas, porque segundos después los instrumentos se evaporan bruscamente y Carlos Desastre se queda solo en el disco; de pronto su voz de extrema angustia se vuelve dura y distante, como emitida desde el interior de una caja de cerillas, y sus palabras, "LA TELEVISIÓN NO LO FILMA", dan el golpe de gracia a nuestras esperanzas. Esta frase nos cae encima como un portón de amianto macizo sobre nuestras narices; es efectivamente el portazo que nos da el mundo moderno, que nos sume en la invisibilidad más absoluta, pues desde el mismo momento en que la televisión no lo filma nadie sabe que están asesinando nuestros sueños. Y es entonces cuando se hace patente nuestro aislamiento y el de 713avo Amor: "Horrores varios de la estupidez actual" no es filmado por la televisión ni presentado en Radio 3 ni considerado por la crítica; tu abuelo no lo escucha ,tu hermana no lo baila y tu padre no lo compra. No es que no puedan ni quieran aventurarse en la selva de la libre interpretación de la realidad; es que para ellos no existe tal selva. Sólo les queda memoria a corto plazo, las ruinas del estribillo de una canción pop a 120 ritmos por minuto, ya ni siquiera saben cuál es el lugar que ocupaban sus sueños, qué había allí donde ahora acampan fantasías injertadas, excrecencias ortopédico-tecnológicas, caras prótesis oníricas de fibra de carbono con fecha de caducidad. "Tus sueños rotos, rotos en el vertedero de una verdad certera como la mentira de los aplausos", "…pobres sueños de habitaciones de hoteles caros". Lo que Bill Gates te da, Bill Gates te lo quita. Te dices que no a ti mismo, identificas mal al loco, y pronto formas parte del balón que todo el mundo patea, y sólo te das cuenta de ello cuando te deshinchas y eres abandonado en el albero. Sol cayendo a plomo, piedras amarillentas, polvo, coches abandonados; éste no es el paraíso por el que tú pagaste a plazos. Conservas todavía algo de lo que tuviste, pero estás débil, y dios se ha fugado a América con los sueños que le vendiste, con ellos fabricará planes de pensiones, y tus familiares no quieren, y tus amigos tampoco…¿Qué queda? "Hay niños que recuerdan el día de los reyes magos por los regalos que no recibieron. Un espalda mojada se despeña por la pared de un acantilado…" Sí, el campo de concentración también fue levantado con los restos de los sueños que casi regalaste. En la lejanía se sigue jugando el partido aunque tú apenas lo puedas ver, casi ciego como estás del sol que te quema la retina, las cenizas de tus mejillas llenas de lágrimas; algunos llaman al partido "choque de conceptos antagónicos sobre lo que debe ser la civilización", pero en realidad todo es fútbol, y la televisión que filma a los dos equipos es la misma, y a ti te da igual,porque ya sólo puedes ver el balón que se eleva y luego baja, se eleva y luego baja,siempre impulsado por otras patadas..

3.Señoras adictas a la telenovela devoran cartuchos de pipas mientras toman el fresco sentadas en la acera

La singularidad de "Horrores varios de la estupidez actual" no radica solamente en las sensaciones, experiencias y hallazgos que se agolpan en él, sino también en las extrañas circunstancias espaciotemporales que rodearon su alumbramiento. Podemos afirmar que esta obra es el resultado de la condensación del actual estado de cosas en un lugar y momento determinados, transmitidas por un grupo de seres humanos cuyas heridas en carne viva se trasladaron a sus instrumentos; ninguna escuela anterior ni posterior, ningún antecedente. Pues a pesar de ser el disco del año 2000,"Horrores varios de la estupidez actual" fue grabado en 1993 y empezó a circular por España en los primeros meses del año 1994,qué tiempos, cuando el móvil era artefacto de empresarios, Bukowski aún vivía, Nirvana no había muerto del todo y Soundgarden era el grupo del momento. Raras veces se ha visto esto de que un álbum tan desconocido como éste, en vez de ajarse y rayarse y presentar candidatura a las rebajas y la nostalgia, gane sentido con el paso del tiempo .El campo de concentración ya existía entonces; por aquella época era el reverso de la cultura indie y de los reality shows, modas que parecen pequeñas comparadas con las de ahora. El paraíso actual es más poderoso, y crece y crece, y no se expande hacia los lados sino hacia arriba, amamantando así el crecimiento del campo de concentración, que sí, se extiende hacia los lados en la oscuridad de la noche, sin ser visto pero sin pedir permiso, con la vehemencia de lo inevitable. Este paisaje tiene más desconchones que el de 1994, hay más pateras, más hamburgueserías, menos tiempo para que dos personas se miren y se escuchen.
Por todo ello, paradójicamente le ha venido bien a "Horrores varios de la estupidez actual" el ser editado antes de su fecha ; el respeto que se profesaba entonces a las músicas densas y atormentadas le garantizó una difusión de la que de ninguna manera hubiera gozado hoy en día. Aunque hacia 1996 ya había sido completamente olvidado excepto por los que se habían detenido a escucharlo, que ésos no lo olvidarán en su vida, esta fugaz disponibilidad nos ha permitido conservar su llama hasta hoy y ofrecértela en este momento en que dicen que hacen falta 80.000 informáticos, para que sepas dónde huir, a qué atenerte y cómo responder. Ahora que el nuevo proyecto de Carlos Desastre, DESPUÉS QUE NUNCA, está a punto de ser injustamente acallado por las centelleantes cifras de crecimiento económico, juramentémonos para que algún día la voz del CAMPO DE CONCENTRACIÓN vuelva a oírse destemplada y con el volumen que se merece.
Desconcertante es también el lugar de procedencia de este martillo emocional sónico, pues, a lo que parece, fue concebido en Fuengirola, en plena Costa del Sol; que se sepa, éste es el primer álbum de música inclasificable, y probablemente de música a secas, que surge de aquella comarca.. Tampoco es Fuengirola una localidad renombrada por la angustia existencial de sus habitantes; la Costa del Sol, y en general todo el Sur, tienen fama en cambio de ser tierra de aborígenes rotundos y apasionados, de gran sonrisa y festiva ingesta alcohólica, palabras sin sentido, chistes y bailes, los pueblos más radiantes de la España radiante. Y sin embargo los que conocemos medianamente bien la experiencia vital del Sur sabemos que en pocos sitios el CAMPO DE CONCENTRACIÓN llega a los extremos de desgarro a los que llega aquí. La solidez de las costumbres tradicionales, la homogeneidad militante de la sociedad, la hipocresía de unas relaciones sociales que por decreto han de ser siempre falsas y fugaces y la obligatoriedad de la alegría como respuesta a casi cualquier circunstancia precipitan al excluido a simas de soledad e incomprensión casi sin equivalente en el mundo occidental. Por si fuera poco ,el Sur padece todas las calamidades que se ceban sobre aquellos sitios en los que el nivel económico es muy superior al nivel cultural(ejemplo evidente es El Ejido, pueblo del Sur donde los haya). En resumen: con ojos abiertos es mucho más fácil ver el abismo desde una playa soleada en Andalucía que desde las inmediaciones de la Battersea Power Station, por más que allí haya más pupilas dispuestas a contemplarlo.
Pocos, por no decir nadie, se han atrevido sin embargo a retratar la miseria moral de estilo andaluz, y es que la soledad e incomprensión de las que hablamos antes se hacen
por supuesto extensivas a las manifestaciones artísticas de la diferencia. Kiko Veneno se aproximó en 1977 en su inquietante "Aparta el corazón de las mangueras" para luego ser recuperado, con todos los matices que se quiera, por las huestes de la jarana y el flamenqueo. Conscientes de no correr ese peligro, 713avo Amor pisan con violencia este terreno virgen y se entregan en cuerpo y alma a la aventura, cuyos resultados son en principio insuperables en los próximos mil años. Lo que sigue es la fiera arremetida poética de 713avo Amor contra su ENTORNO.
"Ahora hablaremos de algunos horrores a través de la vida de un muchacho de barrio perdido en aspiraciones de éxito vacías y sin sentido…" es la frase que abre "Alubias y sus sueños rotos, frase exacta como un reloj atómico y efectiva como la foto de un niño etíope, pues extiende el sujeto del poema a casi todos nosotros.; no en vano el capitalismo triunfante nos exige pensar, caminar y comportarnos como chicos de barrio dispuestos a matar y morir por el éxito intrascendente. Sin embargo, el medio social que 713avo Amor comienza a retratar segundos después no parece muy propicio para la especulación bursátil. "Sabor a agua salada, pescadores en huelga de afeitado sobando una siesta de vino blanco…brasas sobre la arena, olor a sardinas, barcas en la noche oscura cazando inmaduros en la bahía…". Se trata de un sesteante barrio pesquero andaluz parecido a tantos otros barrios de tantas otras ciudades, clavado en los años cincuenta excepto por algunos "pequeños" detalles como la droga, el paro, la presencia policial y la televisión. La televisión, precisamente, parece ser lo único que hace perder los papeles a Carlos Desastre; la descripción del barrio es una letanía llevada adelante sobre un ritmo de guitarra completamente monocorde excepto cuando toca pronunciar las palabras "TÚ Y TU TV ASESINANDO EL POCO TIEMPO QUE TIENES PARA PENSAR"; el TÚ que inicia la frase nos llega convertido en un escalofriante grito de agonía que dura unos 18 segundos, por debajo del cual oímos dos significativos anuncios radiofónicos: el uno exhorta al oyente a comprar a plazos un Opel Vectra ("por 39.000 pesetas al mes, venga a un nivel superior en clase y seguridad") y el otro advierte de que "mañana, a las doce de la noche, volverá Supergarcía"(así pregonado, parece una amenaza). Después de este acento puesto en la acción arruinacerebros de los medios de comunicación de masas, 713avo Amor vuelven a su paseo por el infierno pesquero, descrito con ejemplar capacidad de síntesis, y tras la frase ""HORARIOS ESPECIALES DE FERIA EN LOS AUTOBUSES NOCTURNOS HARÁN VOLVER A CASA A HORAS ESPECIALES A JÓVENES ADOLESCENTES EMBRIAGADOS DE ESTUPIDEZ ACTUAL (jamás la vida nocturna del Sur había sido tan bien definida) introducen al personaje protagonista y víctima de toda esta infamia: el Alubias, pobre boxeador nocturno entregado por completo a un sistema que le succiona los sueños con la promesa de una recompensa barata a corto plazo, recompensa obviamente escamoteada; la derrota es total, el sistema boxístico abandona al Alubias en la calle, como a un muñeco de trapo cuyo niño ha crecido, sin más opción vital que "odiar al hombre". "Una verdad certera como la mentira de los aplausos": la noche es para los muchachos de barrio un desesperado combate en el que ni el éxito social de consumo rápido ("al calor de un aplauso embustero sale el Alubias engominado") ni la competición por el sexo casual ("chicas guapas esperándole después del combate) ni por supuesto las drogas ("jeringuillas inhóspitas de abstinencia recalentada") pueden evitar una catástrofe final previamente escrita ("todo está amañado). El barrio está perdido; cuando toque instalar allí a los nuevos vencedores y su suelo se revalorice, no habrá miramiento en derribar sus casas, difuminar su aire quieto y trasladar a sus moradores en autobús allí donde puedan matarse sin ser vistos,, más lejos, más lejos, más lejos, a donde los perros flacos, al CAMPO DE CONCENTRACIÓN.
CAMPO DE CONCENTRACIÓN que se acumula en ciertos agujeros intoxicantes, dañados por décadas de torpes tentativas de adecentarlos, que casualmente exhiben licencia para servir bebidas alcohólicas, medicina social de tradición milenaria. Aquí se hacen patentes todas las deformidades que, según la leyenda, ya no existían ahora que TODOS éramos esbeltos. "El bar de Dios" es una fotografía en blanco y negro del lugar a donde fueron las ratas cuando abandonaron el barco; todos los ropajes de la miseria viven allí, polvo, perros, gatos, espinas de pescado, letreros de NO SE FÍA,…, la televisión que no lo filma, por supuesto, la cual podemos imaginar a tres metros de altura, pendiendo sobre las cabezas de los presentes, refrendando su dureza de coñac jerezano y tabaco negro… y la monotonía, sobre todo la monotonía, y la botella que de la monotonía se nutre y que acaba siendo más grande que uno mismo. "Perros sordos de oír nuestros propios gritos, perros atontados de sentir nuestros propios golpes". Ese es el campo de concentración, una planta carnívora que gira en torno a sí misma y convierte a cada desgraciado que lo habita en pequeña planta carnívora, dispuesta a devorar todo lo que le rodea para poco después devorarse a sí misma.

4.El Gordo se encaprichó de esos ojos.
MAL ASUNTO.


Este es el año 2000. Pero todo presente viene de un pasado, que como no podía ser de otra forma también nos ha sido presentado en forma de pintoresco y colorido espectáculo de parque temático, con currantes que hacen de piratas a tanto la hora para regocijo de niños y ancianos. ¿Qué sabemos nosotros de las víctimas de entonces? La historia andaluza tal y como la conocemos también merece una demolición metódica, y eso es lo que intentan 713avo Amor casi al final del disco, en una narración musicada de veinte minutos que se ríe de todos los intentos de reducir la realidad a un esquema de estrofa-estribillo-estrofa. El cuentecillo se titula "Nos cambiaron por pistolas" y se sitúa en "una sierra inhumana", claramente una sierra andaluza por las costumbres y vocabulario de los personajes. "Nos cambiaron por pistolas" nos presenta a una familia de tres hijos, dos niños y una niña, ya de entrada huérfanos de madre y casi de padre ("de mamá sólo conocimos la cruz que había sobre su tumba, pero mejor hubiera sido conocer la de papá"); el progenitor de estos chavales es "un viejo de pelo blanco que montaba un caballo tordo y recorría las pocas poblaciones que había en los alrededores disparando a diestro y siniestro sus pistolas, motivo de su locura" , amén de borracho y ludópata. Este elemento se juega con un terrateniente local las vidas de sus hijos a cambio de diez pistolas, y pierde; cuando los esbirros del cacique van a buscarlos, el narrador logra escapar, pero sus dos hermanos son llevados a los dominios del terrateniente y sometidos a una serie de torturas y vejaciones de carácter definitivo, que el narrador refleja con alarmante lujo de detalles. En fin, realidades de lo más cotidiano en el medio rural andaluz, que por aquella época, la de los bandoleros, no tenía nada de romántico, como tampoco lo tiene ahora que allí se queman casas de gitanos. Partos que terminaban con la muerte de la mujer y del niño (una vida más, no; una vida menos), forajidos montados a caballo, campesinos trabajando de sol a sol, rostros cincelados a navaja barbera, folclóricas, señoritos, putas, tierra, tierra, mucha tierra, tierra omnipresente en la miseria y en 713avo Amor, y todo eso sin haber hablado de las luchas sociales, insurrecciones y revueltas que razonablemente sacudían el campo andaluz aquellos años. Polvo fuimos y polvo seguimos siendo(aunque no como dice la iglesia), y ni todos los sistemas operativos del mundo conseguirán demostrar lo contrario, entre otras cosas porque ellos también son polvo.

 



5.No hay música


"No hablo con nada de nadie. El ruido de la madrugada, la noche muerta, las habitaciones vacías llenas de silencio, espero al sueño con recelo". Del final volvemos al principio; éstas son las primeras palabras de "Horrores varios de la estupidez actual". Que este álbum se inicie con la frase "No hay música" no puede ser de ningún modo producto de la casualidad; la ausencia de música puede significar la ausencia de sorpresa, la ausencia de vida, de amor, la imagen que se incrusta en la retina cuando uno es arrojado a una realidad perfectamente cúbica. ¿Cómo podría un campo de concentración tener música? No contento con esto, dios sigue machacando los clavos del ataúd: "No hablo con nada de nadie. El ruido de la madrugada, la noche muerta, las habitaciones vacías llenas de silencio". Estos versos nos meten de lleno en el núcleo del problema: la INCOMUNICACIÓN. La triste pantomima y/o desolado campo de batalla que son hoy día las relaciones humanas establecidas nos demuestra que este mundo en que vivimos está construido sobre nuestra renuncia a lo mejor de nosotros mismos. Tal es el pensamiento que se enquistará en la mente de todo aquel que ose escuchar "Un día, solo, ante la puerta de mi cabeza", un tema reservado a los que de verdad quieran ver el mundo reflejado tal y como es, sin miedo a las heridas que puedan surgir. En "Un día, solo, ante la puerta de mi cabeza" 713avo Amor bajan aún un peldaño más en la escalera del infierno para enviarnos feroces instantáneas del océano de fango que anida en el intercambio de sonrisas, océano de fango en el que chapotean algunos sentimientos que, inseguros, buscan hacerse un hueco entre la fauna brillante, generalmente con poco éxito. Pero dejemos de juntar palabras y escuchemos las de Carlos Desastre, más elocuentes que la realidad misma:
Una noche, dando tumbos, acabé con mis huesos en una jodida discoteca, con un vaso en la mano, viendo a la gente bailar, las parejas mordisqueándose ( voz en off: NENA,COMO TÚ NINGUNA), los camareros ligando, los codos en la barra, los culos mareados, las conversaciones vacías perdiéndose en el volumen, y pensé: - Aquí nadie escucha, están SOLOS. Agaché la cabeza, un arrebato de risa me lo contó todo; el suelo estaba lleno de colillas pisoteadas, como mis huesos; pensé en retirarme, "ya es hora de irse a la cama", me dije, Y LAS COLILLAS ME ECHARON EL BRAZO POR ENCIMA,ME LLAMARON HERMANO Y ME DIJERON: ¡ESTAAAAAMOS SOOOOOLAAAS! Yo acepté los abrazos y seguí pariendo más hermanas: estaban solas, como mi alma, sin salida, sin saber cómo huir, no tengo a donde ir, estoy SOLO. A patadas me echaron de la discoteca y como pude canté una canción a voz en grito, cagándome en los muertos del dueño y del portero, del dueño y del portero. "Están solos", me dije, y con otro arrebato de risa anduve largo rato; me encontré en la calle a más colillas, a más basura tirada por el suelo, sin ser escuchada por nadie, esperando nada…"
Sobran aquí acotaciones imbéciles. Ahora eres tú el que necesita hacerse sus propias preguntas.

6.Tu canción favorita es una excusa para vivir,
a pesar de todo.


Y no podemos dejar de mencionar que 713avo Amor, amén de inmisericordes versificadores de la catástrofe, son MÚSICOS, y no de los torpes ni de los adocenados. Más bien al contrario: "Horrores varios de la estupidez actual es también desde el punto de vista sonoro una obra de arte con mayúsculas, un prodigio de álbum frágil, herrumbroso y destartalado como debe de ser el campo de concentración, que huye conscientemente de cualquier atisbo de sonido lujoso y brillante para centrarse en crear un ambiente tipo local de ensayo que traslade las situaciones descritas directamente a la piel del oyente. Esta apuesta por la imperfección, característica principal de la vida, no es obstáculo para que 713avo Amor exhiban su amplitud de miras musicales: aunque predomina lo acústico, en "Horrores varios de la estupidez actual" hay guitarreo desabrido, canciones desnudas pero apacibles, ruido antimusical, fragmentos de grabaciones de radio, quiebros traperos, trompeteos épicos…(no hay tecno, ni falta que hace). Preside la escena la voz de Carlos Desastre, plena de matices y de sentimientos, a ratos cálida, a ratos desolada, a ratos tierna, a ratos desgarrada y desgarrante; al fin y al cabo son sus propias canciones, sus propios huecos en el alma, NUESTROS PROPIOS HUECOS EN EL ALMA.


7.Es inevitable, no queda otra salida.

En fin: no se editan en estos días muchas obras musicales sobre las que se puedan escribir 5.000 palabras como yo acabo de hacer ahora. Podría haber escrito un millón. ¿No quieres tú escribir las tuyas?

 

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