"Todas las navidades, como usted sabe, nace el niño dios en el portal de Belén, y los corazones de los españoles se hinchan hasta casi reventar de puro candor, generosidad y amor al prójimo. Nuestra organización ha de estar al quite para aprovechar las oportunidades de abrir mercado que semejante coyuntura ofrece". Son palabras de Laguillo de Castro, M., famosa actriz y bióloga que preside el patronato de la ONG Centro de Optimización de la Caridad (COC), definida por su consejero delegado Santiago de la Cueva y Calvo Sotelo Habsburgo como "una organización joven y dinámica movida por el principio de que es la solidaridad la que ha de proporcionar recursos a la sociedad, y no al revés". De acuerdo con estas directrices, el COC se inclina por sufragar proyectos capaces de retroalimentar a la organización en base al impacto mediático y comercial generado, abandonando por manidos los tradicionales esquemas de reparto de alimentos y cura de enfermedades en el Tercer Mundo. El primero de estos proyectos, sufragado por el servicio 1003 de Telefónica, la nueva línea de ordeñadoras mecánicas John Deere y Coca Cola con el apoyo logístico del ministerio del Interior, se basa en introducir en Marruecos el espíritu de la navidad a través de su más cualificado representante: Papá Noel, que esta vez no llegará en trineo, sino en patera, pues según Laguillo de Castro, M., que aquel día se sentía poetisa, "la ilusión huye de Marruecos en patera y en patera ha de volver". EL ENGENDRO en pleno asistió en la playa de Tarifa a la fiesta popular que el COC convocó para celebrar la partida de Papá Noel hacia tierras norteafricanas, que congregó a 175.000 personas según la guardia civil y unas 1.200 según la Coordinadora Tarifeña contra la Ley de Extranjería; mucha gente en todo caso, entre los que abundaron los ministros del Interior, los jubilados y los niños, que acudieron en masa acompañados de sus madres a conocer a Santa Claus en persona. Allí iban a descubrir que el entrañable anciano, contrariamente a lo que asegura la leyenda, no siempre viene de Laponia; en este caso Papá Noel, o al menos el individuo que lo encarnaba, era nativo de los mismos montes Atlas a los que ahora iba a tener que volver. Abdel Jatib Ibrahim, que durante unos cuatro años trabajó bajo la apariencia de Santa Claus en diversos centros comerciales de Barcelona y sus alrededores, declaró a EL ENGENDRO: "Me estaba aburguesando allí en Cataluña y pensé que ya era hora de volver a mis orígenes". La sospechosa presencia de Laguillo de Castro, M. junto a su oreja en el momento de contestarnos y el hecho corroborado de que la subdelegación del gobierno en Barcelona le está tramitando un expediente de expulsión podrían haber alimentado las suspicacias de alguien más desconfiado que nosotros, pero EL ENGENDRO no va a entrar a discutir aquí las motivaciones ocultas de quienes han mandado a Abdel Jatib de vuelta al Estrecho convertido a un tiempo en el primer Papá Noel de su país, en el primer Papá Noel que viaja en patera y en el primer ser humano que cruza en patera de España a Marruecos. Laguillo de Castro, M., algo agitada, declaró que se había elegido a un Papá Noel magrebí porque "era muy importante que el candidato exitoso (sic) al puesto fuera capaz de dirigirse a los niños marroquíes en su propia lengua", algo que Abdel Jatib, sin embargo, sólo en parte podrá hacer, ya que al provenir del sur de Marruecos no habla ni una palabra de dialecto rifeño. En cualquier caso, uno de los ministros del Interior que pasaba por allí, Mariano Rajoy, le ha prometido un permiso de residencia si vuelve vivo de su país natal "y todos contentos", como dice Laguillo de Castro, M. En contra de lo que dijeron algunos malintencionados que por allí pululaban, la problemática migratoria del decano de los Papá Noel musulmanes no consiguió ensombrecer el festejo. Más bien al contrario; niños y mayores, sin atender a la raza del viejecillo del trineo, se fotografiaron con éste en las más variadas poses, y al menos la tercera parte de ellos adquirieron después una ordeñadora mecánica John Deere. Hubo globos, caramelos, actuación de Pepe El Fregona, acrobacia, mimo, exhibición de animales peligrosos, campeonatos de dominó, mus, belleza infantil y caza al terrorista, se grabó un especial de "Tómbola" y otro de "Compañeros" y hasta se fletó un dirigible, lo que no ocurría en nuestro planeta desde que el "Hindenburg" se estrellase allá por 1936. Mientras tanto, en el escenario principal se sucedieron ocho macrofestivales de villancicos tarifeños y cinco concursos de imitadores de Bob Dylan que rivalizaron en cuanto a lo estruendoso de las aclamaciones recibidas. Entre festival y festival, Laguillo de Castro, M. presentó al público a un grupo de escolares marroquíes que volvían de visitar con su colegio un centro comercial de la Bahía de Cádiz, cuyo director agradeció a los niños que no hubieran roto nada ni hubieran pedido trabajo; antes de anbandonar el escenario, el impecablemente trajeado gerente creyó necesario dejar dicho que "si España no fuera generosa con los extranjeros, no merecería llamarse España". Mohamed, el portavoz del grupo, que a sus trece años de edad todavía no sabe hablar castellano con un mínimo de corrección, correspondió a la gratitud de sus anfitriones agradeciendo él mismo el alcoholímetro con propaganda de la nueva línea de ordeñadoras mecánicas John Deere que el centro comercial tuvo a bien regalar a los chavales. Después de la emocionante acción de gracias de Mohamed vinieron cuatro de los mencionados macrofestivales y tres de los antedichos concursos, mero relleno para amenizar la espera hasta la anunciada intervención de Lina Morgan, quien, a pesar de las protestas del sector infantil del público (inmediatamente acalladas por los rugidos de satisfacción de los ya entrados en años), logró meterse a la audiencia en el bolsillo usando de su inaprehensible gracejo e ingenio. La renombrada actriz de televisión apeló a la solidaridad con los inmigrantes pronunciando una frase que a EL ENGENDRO le resultó familiar: "Si España no fuera generosa con los extranjeros, no merecería llamarse España", y después obsequió a las masas con su celebrada conferencia "Cómo sacarle el máximo rendimiento a una chacha dominicana", cuyo texto derrocha sabiduría y sentido común a partes iguales. Cerró el grandioso evento el candidato del Partido a la presidencia del País Vasco, Jaime Mayor Oreja, que, tras dar muestra de su talante integrador declarando que "si España no fuese generosa con los extranjeros no merecería llamarse España", pidió encarecidamente el voto a la candidatura que encabeza en las próximas elecciones vascas, pues, según explicó con pedagógico y mesurado verbo, en estos comicios "la humanidad entera se juega su futuro". Terminado el inspirado discurso del político más popular de la nación, se procedió al flete de la patera con el primer Papá Noel magrebí a bordo; cargado de regalos zarpó Abdel Jatib Ibrahim a predicar la buena nueva navideña en tierras infieles entre ensordecedores vítores y aclamaciones de niños y menos niños. Poco después se le perdió de vista y se levantó el campamento, llegando entonces la hora de hacer balance: 325 millones de pesetas reposan ya en las cuentas del COC gracias al éxito obtenido en cuanto a captación de patrocinadores, anunciantes y donantes anónimos, y todo esto sea cual sea la suerte de Abdel Jatib Ibrahim en su viaje vestido de rojo, pues el COC ya se preocupó de suscribir una póliza de seguros para hacer frente a las responsabilidades que de él se pudieran derivar. Laguillo de Castro, M. se mostraba exultante en declaraciones a EL ENGENDRO: "La recaudación obtenida ha superado en un 196,2% las previsiones más favorables. Es evidente que la presencia de Pepe El Fregona ha jugado un papel no desdeñable como valor potenciador del output".
En el cuartel general del COC en el madrileño distrito de Azca se cuecen ya las próximas iniciativas de esta organización sin igial; la subasta de trozos de uña de indígena yanomami adulto (a la que ciertas corrientes de la medicina quechua atribuyen propiedades curativas contra el cáncer de laringe), la organización de un desfile de modelos con niñas de la calle de Río de Janeiro que les abra un futuro como maniquíes en las pasarelas de Milán y Paris, el reparto de móviles con tarjeta prepago para los primeros dos meses entre los escolares de Lomé (Togo) para ayudar a que ese olvidado país africano se integre por fin en las nuevas redes de comunicación planetaria… EL ENGENDRO desea de corazón que estos malditos bastardos capitalistas sean tragados por el Estrecho embravecido en una noche de viento, lluvia y olas de seis metros, pero nuestra exquisita cortesía periodística nos obliga a callarnos como perras. Suerte y allá cada cual con su conciencia.


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