EINSTÜRZENDE
NEUBAUTEN: KOLLAPS
Volumen
recomendado; Si hay un disco pensado para hacer ruido, sin duda es éste.
Momento
propicio: Después de escuchar involuntariamente “Je T´aime, Moi Non Plus”
de la estomagante y cursi pareja conocida por Jane Birkin y Serge Gainsbourg.
.
Con
el suficiente tamaño, cultura y recursos como para alumbrar una poderosa
escena alternativa capaz de retroalimentarse pero felizmente alejada de
las modas por ser allí los alquileres relativamente baratos y no haber
adoptado el inglés como lengua oficial, Berlín es famosa entre otros
motivos por haber acunado a los distorsionadores culturales y guerrilleros
de la comunicación más conocidos y contumaces de Occidente. Mención
especial en este contexto merece el Berlín Occidental posterior a la
construcción del muro, ciudad rodeada por todas partes de un país que no
se podía visitar, cuyos habitantes, ajenos a su condición (impuesta
desde el exterior) de línea de frontera del sistema capitalista,
acostumbraban a implicarse en toda clase de experimentos sociales, a
envolverse en banderas de izquierda y a protestar a voz en cuello contra
el invasor americano en cuanto tenían oportunidad. No
se sabe si los Einstürzende Neubauten protestaron alguna vez contra el
invasor americano, pero sí que consta que hacia 1980 se implicaron en un
experimento musical como pocos había habido hasta entonces; estando aún
en fase de incipientes balbuceos el estilo de música llamado
“industrial”, estos sujetos se bautizaron con palabras que significan
“demoliendo edificios nuevos” y probaron a ensayar con fuentes de
sonido auténticamente industriales como martillos neumáticos, cortafríos
y llaves inglesas; cuenta la leyenda que dichos ensayos se llevaban a cabo
en un hueco cavado en un pilar de una autopista de las afueras de Berlín
Oeste, al que los invitados a los ensayos eran conducidos con los ojos
vendados para que no pudieran localizar dónde se emplazaba. Otros rumores
dignos de mención son los que sitúan a los Einstürzende Neubauten
usando sus martillos pilones para abrir un agujero en la pared que les
permitiera escapar de ser linchados por los asistentes a un concierto suyo
en Noruega (al parecer, lo consiguieron). “Kollaps”
es el álbum donde queda recogido todo esto. Disco fiero como pocos, posee
la audacia y facundia de los que saben que están inventando algo y no se
amilanan ante ello; paisajes minerometalúrgicos como el lignito extraído
en las minas de los alrededores de Dresde se suceden uno tras otro, y el
cielo musical se vuelve irremisiblemente plomizo. No pretendían engañar
a nadie los Einstürzende Neubauten; como prueba el que titularan uno de
los temas de este disco “Hören mit Schmerzen” (escuchar con dolor),
su actitud era absolutamente premeditada y consecuente. De hecho, uno de
los momentos sublimes de “Kollaps” es la versión de la almibarada
melodía del “Je T´Aime Moi Non Plus”, de los paradigmáticos
hippyviolinistas parisinos Jane Birkin y Serge Gainsbourg, interpretada
aquí al cortafríos o rotaflex o lo que quiera que eso sea, que mi
conocimiento sobre herramientas metalúrgicas nunca ha sido exhaustivo. Desde entonces, cada álbum de los Einstürzende Neubauten (bueno, en mi humilde opinión quizá no tanto el “Haus der Lüge” de 1989 y los posteriores a 1994 excepto el último) ha supuesto un salto sin red hacia ignotos agujeros negros y regiones con gravedad desconocida; en el entanto, Blixa Bargeld, F.M. Einheit, Alexander Hacke y los otros participantes en tantos y tantos atentados al lugar común han ido envejeciendo, y ellos que empezaron en tugurios y descampados fueron encargados años después de poner música a carísimas obras de teatro a estrenar en grandes escenarios institucionales alemanes. Pero esa es historia que deberá ser referida en otras páginas; ésta termina emplazándote a que te procures YA el “Kollaps” por los medios que tengas disponibles y que pienses después en lo prescindible que resulta la melodía cuando no se tiene nada que decir con ella.
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