El 1 de julio de 2005 celebróse en el Corral de la Encarnación, patio de vecinos que se obstina en subsistir en la calle Pagés del Corro del lugar conocido como Sevilla, la fiesta de la Liga de Inquilinos La Corriente, colectivo que aglutina la acción política y social del arrendatariado de la zona, bastante harto en general de que los truhanes dueños del suelo les manoseen alevosamente las gónadas y deseoso por tanto de plantar cara a la desfachatez del propietario con un programa de reivindicaciones tan contundente como razonado.
El mencionado festejo constituyó una celebración en toda regla y por todo lo alto de la capacidad de resistencia del inquilinato irreductible, berroqueño y consciente de sus derechos y de su tesón, perseverancia y empuje en la reivindicación de hábitats dignos y espaciosos y ciudades hechas a la medida del individuo que camina por sus calles y lleva adelante su vida en ellas sin avasallar, no del que las surca en automóvil de lujosa marca alemana laminando ciclistas y empapando a los viandantes con el agua de los charcos. No en vano esta Liga de Inquilinos pretende recuperar el espíritu que animó a aquellos que de 1915 a 1936 defendieron el derecho de los residentes en viviendas a disfrutar de una existencia digna, derecho asaeteado sin tregua por la villanía de los arrendadores y propietarios de entonces, en el fondo similar a la de los de ahora, aunque hemos de admitir que la violencia y miseria pecuniaria propias del momento llevaba a los caseros a conducirse de un modo bastante más apedernalado, sin la sutileza y el refinamiento en el disfraz que caracteriza al capitalismo posmoderno; sin embargo, las arbitrariedades de los propietarios de fincas no quedaban sin respuesta de parte de sus víctimas, y menudeaban las huelgas de alquileres y los actos de presencia y afirmación de los vecinos, en ningún caso dispuestos a ser dóciles abonadores de renta resignados a sufrir la vejación y el atropello sin decir ni mu; hasta que el fascismo cortó en seco aquellas explosiones de vida, justicia y libertad transformando esta porción de mapa en un cementerio de 504.000 kilómetros cuadrados más las posesiones africanas. 

Curiosamente, el Taller de Engendro se hizo fuerte en aquel momento en una estancia del Corral de la Encarnación (habiendo recibido de forma sorprendente el consentimiento previo de los organizadores) y ensambló un parque temático tamaño folio destinado a representar la codicia y sevicia del circo inmobiliario de modo modesto pero interactivo e hiperrealista.

 

 

Por extraño que pueda parecer, dicho parque había sido dotado de una estructura conceptual con ciertas pretensiones de solidez, lo cual ya es decir mucho tratándose de un colectivo como el Taller de Engendro, de firme militancia en la informalidad y en la verborrea articulada, sarcástica, sana y mordaz proferida en aparente desorden. Sea como fuere, esta estructura conceptual sólida y coherente y bla bla bla se distribuía en cinco polvorientas y agrietadas habitaciones, alguna de ellas cubierta de escombros; cada uno de estos cuartos, todos ellos de tamaño notablemente exiguo, albergaba una fase del parque. El documento teórico que sigue intenta describir de modo medianamente inteligible el propósito y la disposición cronológica de cada fase: 

 

 

El parque temático “La jungla del inquilino” pretende brindar un poco de diversión, entretenimiento, ocio, concienciación, subversión y sarcasmo constructivo inmisericorde a todo el que se atreva a adentrarse en su itinerario, científicamente diseñado para reproducir con la mayor fidelidad alegórica posible el recorrido mental del sufrido inquilino desde que topa con el avieso, ruin y escatimoso casero hasta que por fin resuelve luchar por sus derechos, tanto en éste como en otros ámbitos.

Esta intención argumental es concretada a lo largo de seis fases, que ocuparían otras tantas estancias del corral de vecinos donde han de ubicarse las celebraciones (al respecto hay que tener en cuenta  que el parque temático “La jungla del inquilino” es una iniciativa del Taller de Engendro y de quien se quiera unir a ella, y es por tanto de bajo presupuesto y adaptable a cualquier eventualidad que pueda surgir en relación con los medios disponibles para su realización, lo que quiere decir que este parque puede instalarse en tres, dos o una habitaciones caso de faltar recintos para el ensamblaje completo del mismo). Como se verá a lo largo del itinerario, el sentido del humor empleado por el Taller de Engendro en la vertebración ideológica de este parque será todo lo irreductible, intemperante e insurrecto que la ocasión requiere, y habrá de dibujar un rictus de momia sonriente en la pétrea faz de los políticos relacionados con inmobiliarias que tuvieran redaños de acercarse al evento.

 

 

A continuación se describen las distintas fases en que se estructura el proyecto:

 

Fase 1. Firma del contrato y salvaguarda de los derechos del propietario. 

En que un miembro o colaborador del Taller de Engendro, sentado ante una mesa (de la que se podría perfectamente prescindir si la cuantía del presupuesto es tan baja como de costumbre en los actos e iniciativas tallerengendriles) tras la cual habrá un ataúd de cartón, conminará a los visitantes a firmar (preferiblemente con la huella dactilar, que los caseros no tienen por qué saber leer) un contrato por el que ceden su lengua al propietario en orden de garantizar el cobro de las facturas pendientes. La lengua del inquilino ha de ser inspeccionada por el miembro o colaborador del Taller de Engendro, que le dará su visto bueno; si el visitante entiende que exhibir la sin hueso ante un miembro o colaborador del Taller de Engendro lesiona su derecho a la intimidad, puede ceder en su defecto al terrateniente el dedo meñique de la mano izquierda, si bien en este caso sus derechos como inquilino quedarían considerablemente disminuidos, no pudiendo usar el cuarto de baño sin informar de ello al propietario y esperar a que éste se presente en el domicilio para autorizarlo personalmente. En el hipotético caso de que el visitante no pusiera ni su lengua ni su dedo meñique de la mano izquierda a disposición de la propiedad del inmueble, la entrada en el parque temático “La jungla del inquilino” le será negada a él y a todos sus descendientes.

 

 

Fase 2. La vivienda como motor de la economía española y europea. 

En que el visitante habrá de cruzar por un suelo en buena parte alfombrado de fotocopias (en blanco y negro, claro) de billetes de 500 euros recurriendo a sus dotes de saltimbanqui para no pisar ninguna de ellas, ya que a la salida de esta fase el visitante habrá de abonar un alquiler tasado en función del número de veces que haya puesto el pinrel sobre los billetes multicopiados. Dado que el estipendio a sufragar es el que cualquiera se imagina, es decir, 500 euros por pisada, es más que probable que el visitante no pueda pagar el alquiler, por lo cual será expulsado con cajas destempladas a la siguiente fase, que representa UN PISO MÁS BARATO.

 

Fase 3. Instalación y posterior asimilación subconsciente de la actual fugacidad del concepto de hogar. 

Aquí, el visitante intenta instalarse en un piso más barato, tarea que parece sencilla en un principio, pues sólo tiene que arrellanarse en un sofá (o en una silla de anea si el presupuesto no diera para tanto) y calzarse las pantuflas (opcionales) o embutirse en la bata de boatiné (también opcional), contemplando entonces las paredes desde las que letreros inequívocos le informan acerca de los electrodomésticos y partes de la instalación de fontanería que no funcionan correctamente (recordemos que se trata de un piso más barato). Súbitamente (en todo caso después de que el visitante se haya acomodado en el sofá), un individuo empieza a contar hacia atrás de diez a uno, refiriéndose a los segundos que le quedan al inquilino antes de ser desalojado del piso de forma asaz atropellada e impertinente.

 

 

Fase 4. Aproximación irritante a la sociología de la distribución del ingreso. 

Esta fase requerirá que el visitante sea asistido por un miembro o colaborador del Taller de Engendro, quien le dará a elegir entre levantar un objeto pesado y sentarse en un escritorio a leer el periódico o a hacer solitarios o a resolver crucigramas o a hablar por teléfono o a repetir en voz alta diálogos de “La guerra de las galaxias”. A los que se sienten en el escritorio, se les dirá “Es usted un promotor inmobiliario; en el tiempo que ha estado usted sentado en esta silla ha ganado dinero para pagar 649 pisos”, en tanto que a los que levanten el objeto pesado se les dirá “Es usted un trabajador; en el tiempo que ha estado usted levantando este peso ha ganado dinero para pagar la millonésima parte de un piso”, tras lo cual se invitará a los visitantes a intercambiar sus roles.

 

 

Fase 5. Sala de desahogo. 

En que el visitante, seguramente soliviantado ante el gravísimo estado de cosas descrito en la fase anterior, no tendrá mucho reparo en hacer trizas unas cuantas fotocopias de títulos de propiedad, cuyos restos quedarán en el suelo como recordatorio del destino que inexorablemente habrán de correr los privilegios de los terratenientes.

 

 

Fase 6. Sala de acción. 

En esta última sala, el visitante podrá proponer acciones de insurgencia y subversión lúdica creativa contra este insostenible statu quo, finalizando con ello la visita.

 

A CONTINUACIÓN OS OFRECEMOS UN CUADRO SINÓPTICO EN EL QUE SE DETALLAN LOS RECURSOS NECESARIOS PARA EL MONTAJE DEL PARQUE TEMÁTICO “LA JUNGLA DEL INQUILINO”

 

Fase

Número de amables colaboradores necesarios

(o al menos convenientes)

Atrezzo

Distribución del atrezzo

Textos de los carteles

1

1

Mesa (opcional), silla, manojo de contratos, bolígrafo, ataúd de cartón (opcional).

El ataúd de cartón quedaría tras el supuesto empleado del parque, que esperaría sentado ante una mesa situada frente a la puerta, o no, la llegada de los visitantes. Encima de la mesa, o en el suelo, se situarían el bolígrafo y el manojo de contratos. Los carteles se clavarían con chinchetas en las paredes.

AL QUE ALGO QUIERE, ALGO LE CUESTA

En el parque temático “La jungla del inquilino” sentirás la emoción de vivir en un mundo en el que nadie regala nada ni da duros a cuatro pesetas. Al que algo quiere, algo le cuesta; para que un capitalista ruin e indecente te permita vivir bajo un techo tendrás que poner de tu parte, que poner ALGO de tu parte, quién sabe si ALGO de tu propio cuerpo.

 

LA LENGUA, EL DEDO MEÑIQUE O A LA PUTA CALLE

2

1

Fotocopias en blanco y negro (por una cara) de billetes de 500 euros, carteles.

En el suelo, obviamente, excepto los carteles, que estarán como siempre en las paredes. La distribución de las fotocopias habrá de ser tal que sea difícil cruzar la habitación sin pisar algún billete fotocopiado.

LA AVENTURA DE PAGAR

En el parque temático “La jungla del inquilino” no correrás el riesgo de quedar atrapado en la rutina; tranquilo, que eso del trabajo fijo, el sueldo de funcionario y el aburguesamiento generado por la conciencia de tener la vida resuelta nos suena totalmente a chino. En el parque temático “La jungla del inquilino” entendemos la vida como UNA AVENTURA.

 

VIVE LA VIDA EN EL FILO DE LA NAVAJA.

Te convertirás en un intrépido expedicionario que cada día ha de enfrentarse a situaciones más difíciles en el transcurso de su viaje vital; tendrás que afrontar despidos improcedentes, alquileres cada vez más difíciles de sufragar, inopinadas cuadruplicaciones del precio de los tomates, aumentos de la jornada laboral, horas extraordinarias e infructuosas búsquedas de piso barato cuando llegue el momento (que sin duda llegará) en que no puedas pagar la renta de tu actual vivienda.

3

1

Sofá(opcional) y silla de anea, pantuflas y bata de boatiné (opcionales), carteles

Puede colocarse en cualquier rincón del cuarto, aunque las pantuflas se habrán de situar en los pies y la bata de boatiné encima de los hombros. Los carteles, en las paredes.

TU HOGAR EFÍMERO

Seguro que en un mundo cambiante como el actual, donde tus amigos giran como una veleta en la dirección que marcan las últimas tendencias, tú no querrás ser menos y te sentirás obligado a mudar tu vestimenta, tu pensamiento y tu domicilio cada dos por tres. Si no es así, pues te jodes; los propietarios de bienes inmuebles están

continuamente inventando procedimientos para obtener mayor rentabilidad de sus propiedades, y tú les estorbas.

 

EL DESALOJO

Gracias al parque temático “La jungla del inquilino” puedes vivir ahora una experiencia que ojalá fuera única, aunque mucho nos tememos que está a la orden del día; te presentamos en exclusiva la experiencia de ser desalojado de tu domicilio y humillado como un perro por el inmisericorde capitalismo inmobiliario, al que la realidad social le importa tres leches.

 

LA CREATIVIDAD DEL CAPITALISMO

Los asesores al servicio de magnates y potentados siempre están inventando nuevas maneras de multiplicar los beneficios y las plusvalías exprimiendo y maltratando al individuo de a pie; es la capacidad de innovación del capitalismo, que ayuda a responder a los desafíos planteados por un horizonte de crecimiento exponencial de la competitividad.

4

1

Objeto pesado, silla, revista de pasatiempos, baraja de cartas, teléfono (opcional), periódico (opcional), mesa de trabajo (opcional), carteles.

El objeto pesado se situará en el lado izquierdo de la estancia según entra uno en ella, y la mesa de trabajo en el derecho. Los carteles se diseminarán por las paredes.

EN EL CAPITALISMO, LOS DUEÑOS DE INMOBILIARIAS Y RICACHONES VARIOPINTOS SE FORRAN A COSTA DE TU ESFUERZO

En esta sala te ofrecemos una manera de asimilar la realidad adecuada a tus necesidades; gracias a nuestro innovador método “LA JUNGLA DEL INQUILINO”, que presentamos aquí en primicia mundial, aprenderás de manera cómoda y fácil que tú trabajas de sol a sol para pagarles las mansiones en Marbella y los Mercedes descapotables a unos cuantos caciques, vividores y oligarcas.

 

NO ES DEMAGOGIA. Si suponemos que un piso cuesta una media de 300.000 euros, ¿cómo es posible que haya gente que posea 20 pisos, que costarían 6.000.000 euros? Suponiendo que la hora de trabajo se pague a 10 euros (que ya es mucho suponer, porque es muy probable que tú estés cobrando menos), harán falta 600.000 horas de trabajo para poseer 20 pisos, o lo que es lo mismo, 50.000 jornadas laborales de 12 horas, es decir, 136,99 años trabajando sin descanso. En la hipótesis de que uno pudiera ahorrar 1.000 euros mensuales (y en las presentes circunstancias eso supone formar parte de la clase media alta), se necesitarían 6.000 meses (500 años) para reunir el dinero que cuestan 20 pisos. TODAVÍA HAY CLASES, Y EN ESTA INSTALACIÓN TE LO MOSTRAMOS AMABLEMENTE.

 

TODAVÍA HAY CLASES.

No querrás ser el último en enterarte...

5

0

Pila de supuestos títulos de propiedad, carteles.

 

 

 

 

Los títulos de propiedad, en el centro de la estancia (ayudaría que pudieran encontrarse encima de una mesa, pero el bajo presupuesto es lo que tiene). Los carteles, cómo no, en las paredes.

NO TENGAS REPARO EN GRITAR

En “La jungla del inquilino” sabemos muy bien que no hay dios que resista estos continuos atracos a mano armada de contrato de arrendamiento; no en vano este parque ha sido diseñado por auténticos inquilinos que han vivido en régimen de alquiler en distintos pisos (relativamente) baratos de esta ciudad. Un arrendatario de pura cepa no puede desconocer esa fase característica del itinerario vital del inquilino en que éste necesita EXPRESAR SU INDIGNACIÓN. Que ya se han reído mucho de nosotros, hombre, y quien tiene razón debe reír mejor.

 

SI LOS QUE TIENEN TÍTULOS DE PROPIEDAD HACEN DE LA JETA DE CEMENTO UN ARTE, CONVIERTE EN ARENILLA SUS TÍTULOS DE PROPIEDAD.

 

ASÍ SE HACE TRIZAS UN TÍTULO DE PROPIEDAD (ilustración)

6

0

Paquete de hojas de papel blanco, carteles.

Similar a la fase anterior.

MAL QUE LES PESE Y POR MUCHO QUE ABRAN CUENTAS EN SUIZA, SOMOS MUCHÍSIMOS MÁS Y PREVALECEREMOS

 

CON TU IMAGINACIÓN ES POSIBLE

Deja aquí por escrito tus propuestas de acción creativa y lúdica para doblegar la tiranía inmobiliaria. Seguro que se te ha ocurrido algo...

 

 

 

 

 

 

NO TENEMOS FOTOGRAFÍAS; IGUAL ALGÚN DÍA NOS ALCANZA PARA REVELARLAS CON LO QUE NOS SOBRE DE MONTAR EL PARQUE.

 

 

 

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