SEGUNDA EPISTOLA A UN SER SIN BIBLIA

 

¡ Oh tú, criatura abíblica que no

respetas los signos!

No has leído el libro de Nehemías,

no sabes que faltan setenta semanas

para la llegada del Mesías,

y no eres tú el Elegido.

Ignoras que el destino de los débiles

es una hoja que arranca el viento,

lee la Biblia, si no me crees,

lee la Biblia.

Caeran y se levantarán los templos,

pero no el mío, dijo Dios,

muy pronto lo olvidas

al retar al poderoso.

Al que tiene se le dará

 y al que no tiene, aún lo que tiene

se le quitará,

mira la casa de tu abuelo en llamas,

mira tus bueyes bajo el yugo de tu primo,

no podrás pagar el panteón familiar

y el tiempo te borrará

desgranando épocas vivas.

Ni siquiera tu madre te engendró

ni conociste a quien tomaste por esposa,

que haga pompitas tu vientre de gárgola de la mitología,

no la germánica, la griega,

y te veré convertido en incienso

cuando yo sea el Elegido

y el pueblo de Dios me aclame.