( Entra en la sala un anciano vestido con un traje pueblerino y zarrapastroso, que resulta ser el doctor Mariusz Kostakowicz, catedrático emérito de Teología Animal de la Universidad de Varsovia, de la que fue rector entre 1994 y 1996; anteriormente fue cuidador de las palomas de la Archidiócesis de Varsovia (1947-1960), responsable de la extremaunción de los patos sacrificados para hacer foie-gras en el matadero de Varsovia-Wielkopolski (1960-1971), capellán del Zoológico Nacional de Polonia (1972-1978) y consejero áulico para dilemas existenciales del papa Juan Pablo II (1978-1994). Entre 1971 y 1972 hay un periodo oscuro en su biografía que ni él mismo ha sabido explicar. En 1952 se doctoró en Teología Animal por la Universidad de Varsovia, en la que pronto descolló como agudo representante de la corriente tradicionalista, que afirma sin rodeos que dios es una paloma. Su periodo en el matadero de Varsovia-Wielkopolski y la honda impresión que le produjo la fragilidad de los patos allí sacrificados queda reflejada en "Dios no es un pato"(1968), su primera obra de madurez. Pero fue en 1973 cuando Kostakowicz empezó a ser conocido fuera de Polonia gracias a su libro "¿Por qué una Paloma?", el más citado en la historia de la Teología Animal junto con "¿Por qué un Conejo?"(1983), de Lowenczyk. En 1996 Mariusz Kostakowicz se retiró de la enseñanza, dedicándose a partir de entonces a dar conferencias por toda Polonia y a intentar hundir la carrera de su declarado enemigo Janusz Lowenczyk.

El doctor Kostakowicz es inmediatamente reconocido por Lowenczyk, quien le hace señas para que se acerque al estrado. Kostakowicz así lo hace, y el público percibe a un hombre de 77 años al que casi no le queda voz, a priori presa fácil para el tronante y exaltado Lowenczyk. Sin embargo, la discusión "científica" que mantienen es aparentemente educada y civilizada; nadie relacionaría ahora a Lowenczyk con el energúmeno que antes clamaba contra la cancelación de la deuda externa de los países del Tercer Mundo. No transcribiremos aquí el diálogo de Lowenczyk y Kostakowicz, puesto que se desarrolla en polaco, lengua completamente desconocida para el que esto firma (puede sustituirse por seudopolaco). Terminada la conversación, el doctor Kostakowicz es apartado del escenario por el servicio de orden y amablemente conminado a sentarse. Lowenczyk desliza un largo susurro en la oreja del traductor, que se levanta y se dirige al público).

TRADUCTOR: Señoras y señores, me van a permitir que interrumpa brevemente el curso natural de la conferencia para hacer un resumen imparcial Y NO MANIPULADO del interesante diálogo que acaban de mantener los doctores Lowenczyk y Kostakowicz, en el que ha quedado patente la congénita falta de rigor metodológico del segundo de ellos. Nuestro emérito invitado el profesor Janusz Lowenczyk ha formulado la hipótesis de que el doctor Kostakowicz es un hijo de la gran puta, un cínico y un mentiroso patológico, y que su familia no es cien por cien polaca, pues un tatarabuelo suyo nació en Bielorrusia. La hipótesis de que Kostakowicz es un hijo de la gran puta etc. etc. está basada esencialmente en Bauer, K., "La prostitución en Polonia en las primeras décadas del siglo XX", Gottlieb, W., "Kostakowicz, la saga maldita" y el árbol genealógico de la familia Kostakowicz, que se encuentra expuesto al público en el Museo de la Estupidez de Cracovia. Esta sólidamente fundamentada teoría ha sido contestada por Kostakowicz con algunas objeciones carentes de la más mínima base científica, que Lowenczyk ha desbaratado sin dificultad alguna. Finalmente Lowenczyk ha rematado su demostración de que Kostakowicz es un hijo de la gran puta esgrimiendo bibliografía alemana, francesa, finlandesa, canadiense y británica, que por su abundancia no citaremos en su totalidad; baste decir que la tesis doctoral "Higiene en los establos de Polonia oriental durante el siglo XVIII", de Svitek, V., Universidad de Vancouver,1982, prueba sin lugar a dudas que el tatarabuelo bielorruso del doctor Kostakowicz emigró desde Zaslavl, villorrio en las cercanías de Minsk, hasta Varsovia a principios del siglo XVIII, viniendo en conocimiento de una meretriz que al tiempo era limpiadora de caballerizas y dependienta en el mercado central de Varsovia; con ella convivió sin pasar por el sagrado sacramento del matrimonio, naciendo así todos sus hijos en pecado. Esta tesis demuestra también que todas las antepasadas por línea paterna y materna del doctor Kostakowicz han ejercido el comercio sexual; concretamente, su madre era la ramera más cara de toda Varsovia, dato en el que coinciden Bauer y Gottlieb, pues cobraba unos cuatro millones de marcos polacos por noche. Sólo gracias a la fortuna que amasó esta mujer acostándose con toda la clase dirigente polaca de entonces pudo el joven Kostakowicz terminar sus estudios de Teología. Por otro lado, estudios holandeses y húngaros confirman que el doctor Kostakowicz no fue bautizado cristiano y que su coeficiente intelectual es inferior a 70, motivo por el cual fue eximido de la obligación de servir en el ejército polaco. Asimismo, tal y como sostienen Gartenhaus y Koniek en su libro "Payasos con bata blanca. Historia de la incompetencia científica", página 359, del análisis de 148 clases y discursos dados por Kostakowicz en la Universidad de Varsovia entre 1967 y 1974 se desprende que un 64% de los datos citados por el insigne doctor son radicalmente falsos y sobre otro 34% existen serias dudas. Lowenczyk, J., en su libro "¿Por qué un Conejo?", Cambridge University Press, Cambridge,1983, cuenta cómo Kostakowicz mintió una vez que se le preguntó la hora y justificó luego tan lamentable comportamiento con la excusa de que su reloj estaba atrasado, demostrando así un cinismo sin límites. No sabiendo qué hacer ante la apabullante base bibliográfica de la hipótesis lowenczykiana, Kostakowicz ha balbuceado algunas torpes acusaciones personales que no han conseguido sembrar la más mínima duda sobre la veracidad de la teoría en cuestión. Como observador IMPARCIAL de esta apasionante justa académica, tengo el honor de certificar que el doctor Janusz Lowenczyk acaba de demostrar científicamente que Mariusz Kostakowicz es un hijo de la gran puta , amén de cínico, mentiroso patológico y descendiente de un bielorruso. Muchas gracias por su atención. Continuamos con la conferencia.

(El profesor Lowenczyk reorganiza de nuevo sus papeles y sigue leyendo)

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